Resumen
Existen bases pedagógicas para incorporar la tecnología en la instrucción; sin embargo, estas bases no han seguido el ritmo de la evolución de la tecnología. Mediante el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), los estudiantes ahora pueden compartir contenido dirigido a audiencias externas, es decir, audiencias distintas al instructor. Estas audiencias se denominan audiencias auténticas, ya que están orientadas al público y existen fuera del aula. La literatura existente ofrece evidencia de la satisfacción de los estudiantes con las tareas dirigidas a atraer audiencias externas, sin embargo, la literatura no proporciona una justificación pedagógica integral para las tareas dirigidas a audiencias auténticas en las que los objetivos son autodeterminados. Los autores discuten la teoría de la heutagogía, el estudio del aprendizaje autodeterminado, como un enfoque para evaluar las tareas que utilizan las TIC y están dirigidas a audiencias auténticas. Finalmente, los autores ofrecen un enfoque para la evaluación de estas tareas, incluida una rúbrica.
Introducción al problema
Los instructores universitarios ofrecen cada vez más tareas que aprovechan Internet para la comunicación o la difusión, como infografías, podcasts, creación de blogs o redes sociales. En términos generales, las razones incluyen mejorar la participación de los estudiantes, conectar a los estudiantes con audiencias públicas y aumentar la alfabetización digital. La literatura existente ofrece evidencia de la satisfacción de los estudiantes con las tareas en las que crean material para audiencias públicas utilizando tecnologías de comunicación de Internet (TIC) (Armstrong et al., 2009; hitchcock y battista, 2013; Wopereis et al., 2010), así como los beneficios de la evaluación auténtica en la que los participantes son evaluados en actividades del mundo real diseñadas por el instructor que reflejan el trabajo vocacional futuro (Gulikers et al., 2004). Sin embargo, existe una brecha en la literatura en relación con las razones pedagógicas para pedir a los estudiantes que compartan públicamente su trabajo utilizando las TIC y las mejores prácticas para diseñar y evaluar tareas de TIC. La tecnología es cada vez más central para la educación superior, y más aún a la luz de la pandemia de COVID-19, donde muchas clases se han trasladado completamente en línea, lo que requiere que los instructores utilicen la tecnología de formas cada vez más novedosas (Johnson et al., 2020). Las lentes teóricas como la heutagogía ofrecen la oportunidad de considerar las implicaciones de este tipo de tareas a la luz de los resultados del aprendizaje y la evaluación. Brevemente, la heutagogía es un enfoque de instrucción centrado en la autodeterminación del alumno.
Una duda al usar las TIC en el aula es sobre cómo evaluar y asignar una calificación a este tipo de trabajo, especialmente cuando los estudiantes están diseñando contenido para una audiencia específica además del docente. Intentamos responder a este dilema presentando una guía pedagógica para educadores que buscan incorporar las TIC en los currículos de educación superior utilizando una lente heutagógica. Primero, describimos la importancia de las TIC en el aula del siglo XXI, particularmente a la luz del impacto de la pandemia de COVID-19. A continuación, describimos la heutagogía, que proporciona a los profesores de educación superior una justificación para utilizar las TIC en tareas que apoyen la participación de los estudiantes con audiencias auténticas. Finalmente, presentamos un enfoque de evaluación para tareas de TIC orientadas al público. Esta discusión llena un vacío en el conocimiento y la práctica relacionada con la forma en que los educadores universitarios evalúan las tareas de TIC en la educación superior (Sosa & Manzuoli, 2019).
Las TIC en el aula del siglo XXI
En términos generales, las TIC son tecnologías que permiten compartir información y comunicarse con otros a través de Internet (Sosa & Manzuoli, 2019). En lugar de simplemente ofrecer una nueva herramienta, las TIC cambian estructuralmente la forma en que se accede, difunde y adopta la información (Reid, 2002). Los estudiantes están cada vez más influenciados por las TIC fuera del aula y, a menudo, ya son autodirigidos en la forma en que navegan por estas herramientas para aprender sobre temas de interés para ellos (Sutherland, 2004). Al igual que con las innovaciones anteriores que cambiaron la difusión del conocimiento, como la imprenta y el teléfono, las TIC han generado posiciones contradictorias sobre si estas herramientas son útiles en el aula (Reid, 2002). Algunas de estas preocupaciones surgen del rol del docente cuando se utilizan estas tecnologías (Reid, 2002; Sutherland, 2004), que este documento ayuda a abordar.
Ejemplos de TIC en el aula incluyen el uso de sitios de redes sociales (es decir, Twitter e Instagram) y sitios web que pueden albergar contenido digital, así como software de grabación de audio y video para crear contenido digital. En la educación superior, las TIC se utilizan a menudo para permitir que los estudiantes desarrollen productos diseñados para el consumo público, como podcasts, sitios web, blogs o comentarios en redes sociales en espacios como Twitter, o material de marcadores para compartir en lugares como Pinterest. Las TIC se pueden integrar en las tareas como un complemento, como pedirles a los estudiantes que publiquen comentarios sobre un trabajo de investigación en Twitter, o pueden ser tareas de medios digitales generados por el alumno (LGDM) que requieren que el estudiante conceptualice y cree contenido de medios digitales para una tarea como un podcast, una infografía o un video (Reyna et al., 2017).
Las últimas tareas de LDGM permiten a los estudiantes crear productos para una audiencia pública auténtica, en lugar de la audiencia artificial solo para instructores. Las audiencias auténticas están interesadas en el tema producido por el estudiante, y se muestra que las audiencias auténticas mejoran la participación y el rendimiento de los estudiantes (Herrington et al., 2014; Newman, 1995; Newman et al., 1996). El uso de las TIC con audiencias auténticas alienta a los estudiantes a considerar su voz profesional al mismo tiempo que promueve la competencia tecnológica. Ofrece oportunidades para el pensamiento creativo más allá de las típicas estructuras de tareas específicas que se usan a menudo en los trabajos de clase. Las consideraciones relacionadas con la presentación pública profesional y ética de sí mismo son fundamentales para los servidores públicos, como docentes, trabajadores sociales y profesionales de la salud; estas asignaciones ofrecen práctica reflexiva práctica.
La investigación previa sobre audiencias auténticas se centra en cómo este enfoque cumple con los objetivos del aprendizaje centrado en el estudiante o basado en la comunidad (Newmann et al., 1996). Las TIC ofrecen oportunidades adicionales para llegar a audiencias muy particulares. Por ejemplo, los estudiantes pueden crear contenido dirigido a grupos profesionales o regionales específicos o poblaciones de difícil acceso utilizando grupos de redes sociales o hashtags. La flexibilidad que se ofrece a los estudiantes dificulta la evaluación porque el estudiante puede tener más experiencia en contenido y contexto sobre la población objetivo que el instructor, y los productos pueden variar ampliamente según el proyecto (Cochrane & Antonczak, 2013). Además, las rúbricas técnicas, como las que evalúan el estilo de citación o la inclusión de contenido específico, no son fácilmente transferibles a la gama de tareas de TIC que se pueden usar en el aula.
Las TIC no solo facilitan el intercambio con audiencias auténticas, sino que también permiten la comunicación directa y la colaboración entre los estudiantes y sus audiencias a través de herramientas digitales como la mensajería privada y las funciones de comentarios. Por lo tanto, los estudiantes pueden interactuar activamente con su audiencia a lo largo del desarrollo de una tarea, en lugar de compartir pasivamente, lo que transforma a la audiencia en seguidores o mentores (Ito et al., 2013). En lugar de instrucciones muy claras que brindan las tareas universitarias típicas, estas tareas requieren pensamiento crítico y la capacidad de manejar la ambigüedad. Estas conexiones auténticas ofrecen a los alumnos acceso a formas diversas y multidisciplinarias de pensamiento y retroalimentación, colaboración, autorreflexión, junto con asociaciones significativas y redes con profesionales u otros tipos de comunidades interesadas más allá del salón de clases típico, que a menudo se enfoca más en la transferencia directa de conocimiento.
La importancia de las TIC es más evidente dado el panorama cambiante de la educación superior, que enfrenta presiones contemporáneas relacionadas con la pandemia de COVID-19 y los movimientos de justicia social, donde el contenido aún no existe en los libros de texto. Los estudiantes están muy expuestos a los diálogos públicos, especialmente a través de las TIC. Las instituciones de educación superior se benefician significativamente del mayor uso de la tecnología TIC en el aula, incluida la discusión de eventos actuales. Los estudiosos notan tanto las fortalezas como las debilidades de este movimiento; por ejemplo, Grosseck (2009) señala que permiten un mayor acceso, la creación y el intercambio de información y ahorros de costos para la Universidad, pero también plantean desafíos relacionados con la tecnología (por ejemplo, configuraciones de privacidad) y el requisito de Internet de alta velocidad.
Las TIC no son nuevas en la educación superior. Venkatesh et al. (2013) señalan que América del Norte y los países europeos ya habían llegado a un «punto de inflexión» (p. 6); el uso de las TIC va más allá de los instructores individuales para tener apoyo a nivel institucional. Venkatesh et al. (2013) continúa que “…también asistimos a una tendencia creciente a incorporar herramientas TIC cada vez más sofisticadas en la educación. Estos pueden ser signos de indispensabilidad futura…” (p. 8). Como se ve en nuestro propio uso de las TIC en el aula (a distancia o tradicional), las TIC han sido y seguirán siendo cada vez más importantes para la enseñanza en las disciplinas profesionales. Además, la investigación de Simándi (2018) ha demostrado que el uso de las tecnologías TIC en la educación de adultos facilita el aprendizaje a lo largo de toda la vida, que «… se basa en el aprendizaje autodefinido y autorregulado; el facilitador está presente en la creación del entorno de aprendizaje y también apoya el proceso de aprendizaje». (pág. 69). Este desarrollo del aprendizaje a lo largo de la vida es un componente crucial para las disciplinas profesionales, dado que los graduados requieren actualizaciones continuas de conocimientos a lo largo de su carrera.
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